En Latinoamérica el movimiento arquitectónico comenzó a ejercer gran influencia en los años treintas, gracias a la llegada del arquitecto francés Le Corbusier, quien tuvo una estrecha colaboración en obras de los arquitectos brasileños, lucio Costa y Oscar Niemeyer, quienes fueron seguidores de este nuevo movimiento moderno.
México fue uno de los primeros países que comenzó a orientarse hacia este nuevo movimiento. Entre sus mejores representantes, cabe destacar a Luis Barragán, Pedro Ramírez Vázquez y Félix Candela, quienes combinan el nuevo arte con el carácter colonial y con las reivindicaciones precolombinas.
Desde ahí en adelante, comenzó este movimiento a ramificarse por toda América latina, creando obras maravillosas. En Argentina y Uruguay destacan los proyectos llevados a cabo por Antoni Bonet, en Venezuela los de Carlos Villanueva, el colombiano Rogelio Salmona, los chilenos San Martín - Wenbourne – Pascal, etc. Gracias a todos estos arquitectos que comenzaron con una nueva arquitectura, se consolido y se reconoció a nivel internacional la arquitectura latinoamericana, con sus nuevas ciudades, edificios. y sus grandes obras,
En los últimos 15 años han vuelto a surgir autores con creatividad propia que, conectados a las corrientes internacionales, dan cuenta de una arquitectura con sello latinoamericano. Ellos han logrado romper ciertos estereotipos, mostrando que México no sólo es color; que en Chile es posible construir en el paisaje extremo y también idear soluciones para la vivienda básica; que Colombia puede resurgir de las cenizas de la violencia, y que Brasil no solo vive de un arquitecto centenario.
LAS PROPUESTA ARQUITECTONICA LATINOAMERICANA HA EVOLUCIONADO HASTA OBTENER , POR MERITO PROPIO, UN ESPACIO EN EL CONTEXTO MUNDIAL.